dimarts, 27 de setembre del 2011

LOS PISOS DE VEGETACIÓN DE LA GOMERA

La isla de la Gomera es una isla volcánica con una altitud máxima de 1.487 metros. Estas características van a condicionar los tipos de vegetación que en ella se encuentran. Es increíble observar las grandes diferencias en el paisaje entre unas zonas y otras, condicionado también por el efecto de los vientos alisios, que se comentaba en el anterior artículo. Todo en la Gomera influye para crear esos enclaves preciosos, tan distintos unos de otros.
Primero, encontramos la zona baja o de matorral costero que se caracteriza por la presencia de especies halófitas en los acantilados.

Acantilados de Puntallana

A continuación, en la zona costera pero lejos de la influencia marítima y en condiciones de semiaridez, podemos encontrar el tabaibal-cardonal o matorral xerófilo, con especies como el cardón (Euphorbia canariensis) y las tabaibas (Euphorbia balsamifera, Euphorbia regis-jubae, etc.).

Bajada a la playa de Valle Gran Rey

Además en las zonas de barrancos las especies más comunes suelen ser la palmera canaria (Phoenix canariensis), el balo (Plocama pendula) y diferentes tipos de bejeques (Aeonium) y verodes (Kelinia neriifolia) en las paredes rocosas.

Barranco de Alajeró

Después se encuentra la zona de bosque termófilo que ha sido muy utilizada por la agricultura y por lo tanto se encuentra bastante alterada. Sobretodo está formada por sabinas (Juniperus phoenicea), palmeras (Phoenix canariensis) y dragos (Dracaena draco).

Barranco de Hermigua

En las zonas de montaña, en la fachada sur encontramos bosques de pino canario (Pinus canariensis) y en la fachada norte la famosa laurisilva o el monteverde, como lo llaman en las islas y el Fayal-brezal.

Bosque de pinos por Chipude

A partir de los 800 metros sobre el nivel del mar, en las zonas del norte de la isla, encontramos el Monteverde. En esta zona se instala el mar de nubes, aportando a la vegetación la lluvia horizontal.

El bosque de laurisilva está compuesto por gran cantidad de especies de árboles de hoja perenne parecida a la del laurel: por eso se llama laurisilva (“selva de laurel”). Algunas especies arbóreas que se encuentran son el viñátigo (Persea indica); el laurel o loro (Laurus azorica), el acebiño y el palo blanco (Picconia excelsa), el tilo (Ocotea foetens), el barbusano (Apollonias barbujana) y el mocán (Visnea mocanera). Algunas especies arbustivas son el follao (Viburnum rigidum) o el peralillo (Maytenus canariensis).

Laurisilva en Garajonay

El fayal-brezal aparece en la parte alta de la laurisilva, donde no llega el mar de nubes. Como da más el sol es una formación más abierta y aparecen nuevas especies como la faya (Myrica faya) y el brezo (Erica arborea).

Fayal-brezal en Garajonay

Así que ya ves las diferencias significativas entre unos pisos y otros, parecen diferentes mundos, dentro de una pequeña isla. Como no me cansaré de decir: verlo para creerlo.

dissabte, 10 de setembre del 2011

La biología molecular in vivo; mi experiencia con el ABA

La biología molecular es entendida, por algunos estudiantes, como una asignatura difícil que se basa en hincar codos y cuyo objetivo no es más que aprender un sin sentido de palabras de tres letras conectadas entre sí mediante flechas. Así como los biólogos de bota defienden que la biología “naturalista” no puede ser entendida sin salidas al campo, la biología molecular tampoco puede comprenderse sin realizar experimentos en el laboratorio que terminen, por supuesto, en observar los efectos que éstos han producido sobre un ser vivo (parte que a muchos biólogos moleculares se les olvida). Estos años he oído de boca de varios estudiantes que las prácticas en laboratorio deberían ser eliminadas de la carrera, que son una pérdida de tiempo que podrían emplear en empollar aquello que se les da en las clases teóricas. No les negaré que muchas prácticas están mal enfocadas, pero quien haya trabajado en un laboratorio sabrá que es imposible realizar experimentos que puedan resultar interesantes en tan poco tiempo.

Este verano he estado realizando una beca en un laboratorio de biología molecular, así que he podido seguir experimentos desde el principio hasta el final y llegar a conocer –o al menos eso creo– qué es, en realidad, la biología molecular.

Las investigaciones en el laboratorio en el que he trabajado giran en torno a una hormona vegetal, el ácido abscísico (ABA para los amigos). Esta hormona está implicada en varios procesos fisiológicos de las plantas, como la inhibición de la germinación, el retraso en el crecimiento o, la que podría considerarse más importante a nivel biotecnológico, la resistencia a la sequía. El ABA produce el cierre de los estomas, poros ubicados en la superficie de las hojas por donde las plantas toman el CO2 necesario para hacer la fotosíntesis pero por donde, sin embargo, también pierden agua. ¿Qué pasa, entonces, si añadimos ABA a las plantas? Pues que, como cabe esperar, se vuelven más tolerantes a la sequía, necesitando menos agua para vivir. ¿Problemas en su utilización? Su empleo a nivel agrícola resultaría caro. ¿Soluciones? Sintetizar una molécula análoga al ABA que, como ésta, produjera los mismos efectos en la planta, o conocer la ruta de señalización de esta hormona e intentar alterarla. Comencemos, entonces, a jugar con la biología molecular.

Toda molécula que produzca efectos en la planta ha de ser reconocida, primero, por un receptor que transmita la señal de reconocimiento de dicha molécula hasta producir una respuesta del tipo que sea. Simplificando mucho las cosas y sin entrar en actuales controversias, el ABA se une a unos receptores de localización citosólica y nuclear conocidos como PYR/PYL/RCAR. Estos receptores inhiben, entonces, a unas fosfatasas que, al estar inhibidas, dejan libres a unas quinasas que fosforilan y activan factores de transcripción (favorecen, por tanto, la expresión de genes únicamente cuando el ABA está presente). En resumen:

ABA presente -> fosfatasas inhibidas -> quinasas libres -> tolerancia a la sequía

ABA ausente -> fosfatasas activas -> quinasas inhibidas -> no tolerancia a la sequía

Así, se pueden diseñar diferentes estrategias que permitan a la planta actuar como si hubiera ABA y ser, así, tolerantes a la sequía, como inhibir las fosfatasas –mediante mutantes que no las sinteticen– o sobreexpresar las quinasas y los receptores. También se pueden hacer plantas mutantes que no posean algunos receptores o quinasas, teniendo en este caso plantas más sensibles a la pérdida de agua. Por ejemplo, en esta imagen podéis ver plantas mutantes para fosfatasas comparadas con una planta normal (Col) tras diez días sin riego, claro que verlo en vivo es mucho más espectacular :)

dimarts, 6 de setembre del 2011

LA GOMERA: PARAÍSO NATURAL

  1. Nos situamos: dónde está la Gomera, cuáles son sus principales características y la influencia de los vientos alisios en el clima y por tanto, en la vegetación y la fauna.

La Gomera es una de las siete islas Canarias, pertenece a la provincia de Santa Cruz de Tenerife y está situada en la parte occidental del archipiélago. Su capital es San Sebastián de la Gomera. Hasta allí se llega en barco desde el puerto de los Cristianos de Tenerife. Hay un aeropuerto, pero sólo llega un avión al día.

Una característica muy importante y que desde la Península no se tiene en cuenta es la DOBLE INSULARIDAD. La Gomera sufre los inconvenientes de ser una isla en cuanto a servicios y suministros doblemente, por ser una isla canaria y por ser pequeña. Allí todo es más caro, y olvídate de ir a comprar a Carrefour, a Decathlón o a Zara, porque NO EXISTEN. La isla tiene algo más de 22.000 habitantes, un único instituto, un hospital y… ¡ningún centro comercial!

La mejor manera de entender la Gomera es viviendo allí una temporada. Hasta que no lo vives en tus propias carnes no entiendes el significado de las diferencias de altitud, de las pendientes, de los alisios, del cambio de tiempo, etc.

La Gomera tiene una superficie aproximada de 370 Km2, es decir, es pequeñita. Tened en cuenta que si fuera cuadrada y midiera 20 x 20 Km (que es una miseria), sería más grande de lo que es (400 Km2). Teniendo en cuenta que Puçol está a 20 km de Valencia, pues la Gomera es igual de grande que l’Horta Nord, más o menos, sin contar Valencia, claro. Pero esto es totalmente falso, porque claro, la superficie de l’Horta es completamente llana: se tarda 20 minutos en recorrer la autovía V-21 de Valencia a Puçol. Sin embargo, ponte a cruzar la isla por carretera, a ver cuánto tardas. Para llegar de un municipio que está al noreste a otro que está al suroeste tienes que pasar por el Parque Nacional del Garajonay. Increíble. La parte más alta de la isla es el Alto del Garajonay, que está a 1487 m. Imagina que entre Puçol y Valencia hubiera una montaña de 1500 m, imagina que esa montaña tiene decenas de barrancos que llegan hasta el mar, algunos de ellos creando unos acantilados de hasta 800 msnm. Alucinante.

En fin, inimaginable si no lo ves y no lo vives (las agujetas del día siguiente te lo recuerdan), los barrancos espectaculares, las pendientes imposibles, las alturas brutales.

Y por fin, para acabar con el capítulo 1, te voy a hablar de los alisios, pero no de forma científica, la teoría seguro que te la sabes; sino de forma práctica.

En cuanto a la influencia de los alisios en el tiempo de la isla, digo lo mismo que antes, hasta que no lo vives no te lo crees.

Nosotros estuvimos viviendo durante 15 días en Hermigua, municipio del norte de la isla, y tuvimos 3 días de sol. El resto, nublado y con lluvia en algún momento del día. Y eso que estábamos casi a la orilla del mar. Si subes un poco en altura te encuentras con el cinturón de nieblas permanentes de Garajonay, la zona de vegetación siempre verde, gracias a los alisios, y el mar de nubes.

El sur, soleado, seco, con menos precipitaciones y, por supuesto, más turismo.

Cuando, antes de ir, nos dijeron que lleváramos una chaqueta polar, la mayoría de los voluntarios se lo tomó a cachondeo: ¡Seguro que no hace tanto frío! Pues ahora os puedo decir que sí, que incluso hay momentos en que vienen bien 2 polares. Y el impermeable es imprescindible. Lo más gracioso era cuando nos íbamos el día entero y teníamos que cargar con el bikini, la toalla, la crema del sol, las botas de montaña, el chubasquero, el polar, la gorra,… ¡nos volvíamos locos! Así que cuando vayas a la Gomera, que no te engañen como a los turistas que visitaban Garajonay con chanclas, pantalón corto y camiseta de tirantes: ¡abrígate!

dilluns, 5 de setembre del 2011

¡CURSO DE VERANO DE BIODIVERSIDAD CANARIA GRATIS EN LA GOMERA!

SEO Bird Life te ofrece la oportunidad de participar en sus voluntariados ambientales en Parques Nacionales. Sólo tienes que ser rápid@ e inscribirte en cuanto salgan y tener quince días libres en verano. Tú te costeas el transporte hasta allí, el resto corre por cuenta de SEO. Incluye: alojamiento, manutención, visitas turísticas por la isla, excursiones guiadas, charlas sobre el parque, sobre fauna y flora, sobre cultura aborigen, historia de la isla, costumbres, … y un largo etcétera que te iré contando poquito a poco.

En mi caso la isla afortunada fue la Gomera y el Parque Nacional de Garajonay, donde se encuentra el bosque de laurisilva mejor conservado. Seguro que has oído hablar de la región Macaronésica, que incluye las Azores, Madeira, Islas Salvajes, Islas Canarias y Cabo Verde. Aquí hay un tipo de vegetación muy característico, que es la laurisilva. ¿A que no sabías que en la Península hay pequeños reductos que conservan este tipo de vegetación? Por ejemplo, los canutos de Grazalema, en Cádiz, que también tuve oportunidad de conocer este año.

Así que para contarte todo lo que aprendí en el voluntariado de SEO voy a necesitar tiempo y espacio, por lo que he decidido dividir mi artículo en varios capítulos, para que me resulte a mí más fácil de escribir y a ti más fácil de leer. Los capítulos serán los siguientes:

  1. Nos situamos: dónde está la Gomera, cuáles son sus principales características y la influencia de los vientos alisios en el clima y por tanto, en la vegetación y la fauna.
  2. Los pisos de vegetación de la Gomera
  3. Flora de la Laurisilva (monte verde, como lo llaman en las islas)
  4. Fauna de la isla
  5. Historia y patrimonio cultural

Y en todos ellos os iré mostrando la parte humana del voluntariado, tan importante como la formativa y de concienciación.

Tuve la oportunidad de conocer a dos monitores excepcionales, César y Juanma, entusiastas, transmisores de conocimientos y de ilusión por aprender, llenos de vida, sabios, cordiales, comprensivos… en fin, que gracias a ellos me animé a escribir sobre todo lo que aprendí allí. César es geógrafo, esos grandes desconocidos, historiador y periodista, escribe la Crónica Verde del diario 20 minutos, no sé si la habrás leído alguna vez. Juanma, biólogo y canario que sabe vender la naturaleza de las islas y la profesión de biólogo, que tanta falta hace y tan poco se aprecia.

Y también tuve la oportunidad de conocer a otros biólogos, ambientólogos, forestales, médicos, veterinarios… incluso un chico, que a pesar de no haber estudiado nada relacionado con la naturaleza tiene una sensibilidad especial hacia ella, difícil de encontrar en este mundo cada vez más tecnológico, menos humano. Personas especiales de las que también aprendí mucho.

Pues aquí os presento el prólogo de mi contribución al blog. Disfrutadlo y animaros a participar en los voluntariados de SEO.

dissabte, 3 de setembre del 2011

Cavanilles, los ecosistemas costeros y El Puig

Muchos de vosotros conoceréis el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva (o no xD). ¿Pero cuántos conocéis exactamente quén fue Cavanilles? ¿Cuántos habéis leído algún fragmento de su obra?

Antonio José Cavanilles fue un botánico valenciano que recibió, en la primavera de 1791, el encargo de “recorrer la España para examinar los vegetales que en ella crecen” por orden del Rey Carlos IV. Como no podía ser de otra forma, Cavanilles comenzó por su tierra, Valencia, donde no se limitó únicamente a estudiar la vegetación, sino que hizo un análisis de todos los aspectos importantes para ella: relieve, suelo, agricultura, poblaciones y usos del territorio en general. De este recorrido, de este “reencuentro con su pueblo y su paisaje” surgieron las Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia. Surgió sin precedentes, y aún hoy en día supone una obra maestra, un clásico, y un texto imprescindible para conocer la realidad valenciana del siglo XVIII, así como la actual.

Un ejemplo:

“La abundancia de aguas, lo profundo del suelo y el hallarse este anegado muchas veces sugirió la idea de cultivar arroces en los sitios hondos que por espacio de dos leguas siguen por los términos de Puzól, Puig, la Creu, Masamagréll, Masalfasár, Albuixéc, Albalát, Foyos y Meliana. Cultivóse efectivamente el arroz por algunos años, causando siempre á la salud daños gravísimos, los quales llegáron á tal punto en 1784, que la pestilencial epidemia no solamente afligió los pueblos de arroz sino tambien los occidentales á donde llegaba el ayre corrompido. Apenas quedó hombre que no enfermase de peligro, pagando muchos con la vida. Hubo aquel año en la villa del Puig 160 muertos, quando su poblacion llegaba apenas á 300 vecinos. […] Este horrendo espectáculo, y los informes y representaciones de Curas y Médicos, motivaron la sabia providencia de prohibir el arroz en aquellos marjales, con que renació la salud y abundancia. Tiene el arroz poderosos alicientes para los propietarios, y un interes que deslumbra á los jornaleros; por donde se ven muchos preocupados contra la evidencia. […] Purificada la atmósfera, y fortificándose cada dia la salubridad propia del país, se disperto la industria, y aumento el cultivo. Se abriéron anchos y profundos canales para dar curso á las aguas, levantando las superficies de los campos con las tierras que daban las excavaciones: desecáronse muchos campos de tal modo que hoy se dan hermosas viñas en sitios ántes pantanosos. El color verde de los vegetales publica las mejoras que han recibido.”

En este fragmento, Cavanilles nos muestra uno de los motivos por los que los ecosistemas húmedos costeros (marjales, malladas…) han sido castigados durante siglos. A pesar de la rentabilidad del cultivo del arroz, las zonas encharcadas llegaron a suponer un problema de salud pública. Así, decidieron echar tierra de por medio (literalmente) y cambiar a otras formas de cultivo.

A pesar de todo, hoy he descubierto aquí estas pruebas gráficas de que en el siglo XX existieron de nuevo arrozales en El Puig:

Arrozales, con El Puig y la Serra Calderona de fondo, 1972.

Arrozales, con el Monasterio de Santa María de El Puig de fondo (a la derecha de la imagen), 1972.

Son paisajes muy bonitos, pero que ya no podemos encontrar hoy en día. Más o menos a esa altura, actualmente, encontramos las famosas urbanizaciones de las playas de El Puig y la Pobla de Farnals. Entre tanto ladrillo, podemos ver algunos cachitos de marjal, muy degradados, pero que parecen decirnos que, a pesar de todo, la vegetación no se da por vencida.