dimarts, 2 d’octubre del 2012

Lo que Aguilella no nos contó

Tengo mil cosas pendientes de las que podría hablaros hoy aquí, pero al final me he decidido por comentaros algo del libro que llevo unas semanas leyéndome. Hoy me he encontrado con un fragmento que me ha hecho pensar precisamente lo que reza el título: "esto es lo que Aguilella no nos contó". Para quién no lo conozcáis (es decir, para todos menos Laura xD), Antoni Aguilella era director del Jardín Botánico de la UV y nuestro profesor de Biología de la Conservación de Especies Vegetales. Como gran hito de la historia de la conservación de la naturaleza nos estuvo dando la paliza explicó el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), firmado en la "Cumbre de la Tierra" de Río de Janeiro en 1992. En él, 188 estados se comprometen a una serie de medidas en favor de la conservación de la diversidad biológica. 
Entre otras cosas, en su texto, se define a cada especie como un recurso genético, un material genético con un valor real o potencial (a nivel biotecnológico, por ejemplo). Y, en este contexto, se asume que el derecho a la explotación de dichos recursos genéticos recae sobre el país al cual "pertenecen", de forma que otro sólo pueda hacerlo con el consentimiento previo del primero y siempre que se asegure un reparto equitativo de las ganancias que esa explotación pueda generar (bien con una compensación monetaria, bien con la transferencia de tecnologías o bien con la integración de los derechos en las actividades de investigación). Esto tiene sentido, por ejemplo, si pensamos en este caso: durante años, los europeos y norteamericanos se han dedicado a viajar al interior de las selvas y demás territorios desconocidos, para obtener información del conocimiento de las tribus autóctonas acerca de principios activos de numerosas especies de plantas y animales, con el fin de explotar dicho recurso en medicina, cosmética..., sin que ese conocimiento fuera pagado a los indígenas de ninguna forma. Es decir, se ha venido dando un "robo" de conocimientos que ha sido capaz de mover muchísimo dinero dentro de la industria farmacéutica, dinero que únicamente han visto los expoliadores y no los que conocían (durante siglos) el propio recurso.
Y hasta aquí contó Aguilella. Lo que no nos contó es lo que aparece en Un futuro justo, recursos limitados y justicia global, el libro del que os hablaba, que es un informe del Instituto Wuppertal para el Clima, el Medio Ambiente y la Energía, en Alemania.
Pues bien, un gran número de esos 188 países que firmaron el CBD, también aparecen en el Acuerdo ADPIC (Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio), firmado por 149 estados en 1995 para regular el derecho de patentes. Pues bien, este Acuerdo se contradice, en parte, con el CBD: "no reconoce el principio de soberanía de los estados ni la protección de los conocimientos tradicionales de las comunidades indígenas, cuestionando así el instrumento de la distribución justa de los beneficios"
¿Y por qué dos acuerdos firmados por (casi) los mismos países se contradicen? Pues porque el CBD está "hecho" por perro-flautas defensores de la biodiversidad, el medio ambiente y los conocimientos tradicionales, mientras que el Acuerdo ADPIC cuenta con expertos en economía y representantes empresariales.
¿Y cuál de los dos se sigue? Pues el CBD es un tratado internacional sin mecanismo sancionador, mientras que la Organización Mundial del Comercio (OMC), de la que surge el Acuerdo ADPIC, si dispone de un órgano que se encarga de ello: las violaciones del Acuerdo pueden ir acompañadas de represalias en forma de aranceles sobre cualquier bien o servicio que afecte a la economía de un Estado.
Como siempre, el CBD era demasiado bonito para ser verdad y pasa lo mismo que con todos los acuerdos internacionales en relación al medio ambiente: sólo lo firman los que quieren, y los que lo firman no están obligados a cumplirlo... 

Y acabo con una cita que aparece en el libro:
"El poder del hombre sobre la naturaleza resulta ser el poder ejercido por algunos hombres sobre otros, usando la naturaleza como instrumento." C.S. Lewis, 1947

dissabte, 21 d’abril del 2012

"Messy biology"


Decir hoy en día que te gusta la biología puede ser comparable a decir que te gustan, qué se yo, los medios de transporte. Nadie se extrañaría de oír que a alguien le gustan las motos, los coches o las bicicletas, pero sí lo harían de alguien que afirmara que le gustan los medios de transporte en general.  No acaba aquí; no es lo mismo ser un aficionado a las Harley Davidson que que te gusten las Honda. Además, esta afición puede deberse a la estética del diseño de estos medios, a su mecánica, a su sentido práctico o a cualquier otra característica que, por lo que sea, te resulte atractiva de ellos. En definitiva, el que afirme que, de manera general, le gustan los medios de transporte en todos sus aspectos, tendrá difícil conseguir dedicarse a su hobby. O bien dispone de días más largos que el resto de la humanidad para poder aprender, poco a poco, de todos los aspectos que se pueden abarcar, o bien tendrá que especializarse aunque esto vaya en contra de su voluntad. Pero, esperad, ¿tiene por ello menos sentido que a alguien le gusten los medios de transporte? ¿Tiene menos sentido que a alguien le guste la biología en general que no específicamente la zoología o la botánica?

Yo soy una de esas personas que, de entre todas las carreras, eligió biología porque, en general, le gustaba. Quizá cuando entré tenía idea de tirar más hacia la bioquímica, pero también me recuerdo deseando que llegara segundo para dar asignaturas como botánica, zoología o evolución. Conforme los cursos avanzan, los créditos de optatividad aumentan; ya no es posible aprender de todo sino que, te guste o no, has de elegir. Además, los distintos departamentos comienzan a demandar alumnos colaboradores, por lo que si quieres aprender desde el punto de vista práctico has de elegir también un departamento. Poco a poco tu camino se va delimitando de manera forzosa y, cuando quieres darte cuenta, ya estás especializándote en una rama en concreto. Con suerte, te habrás autoconvencido de que esa rama es la que más te gusta de entre todas. Pero, ¿lo es realmente o han sido una serie de circunstancias las que te han conducido a esta rama de igual modo que podrían haberte conducido a otra? ¿Hasta qué punto has decidido, por gusto, dedicarte a esta especialidad?

Ayer, jueves día 19 de abril, Juli Peretó (divulgador y profesor de la Universitat de València) dio una conferencia en la que nos recordó, a todos los asistentes, que la biología no está constituida por departamentos. La realidad no se divide en ciencias ni en especialidades sino que éstas, al igual que el lenguaje, son una simple convención humana. La especialización nos permite conocer, de manera profunda, una pequeñísima parte de la realidad debido a nuestra limitada capacidad de comprensión. Sin embargo, hemos de ser conscientes de que es necesario unir estos conocimientos y considerarlos conjuntamente si queremos tener una aproximación más real. Así pues, me gustaría dar un mensaje de ánimo a aquellos que, como yo, les agrade la biología. No olvidéis que, aunque estéis más lejos del sistema de enseñanza universitario, estáis más cerca de la realidad ;)

dimecres, 11 d’abril del 2012

Cursos on-line gratuitos

Hace unas semanas, en uno de los momentos de apasionante faena museística, descubrí la plataforma SAPS, de la Generalitat Valenciana, para la realización de cursos on-line sobre diferentes temas. Hay muchos relacionados con la seguridad en la web y demás, pero yo quería comentaros los relacionados con el medio ambiente, por si a alguien le interesaran:
- Introducció a la custòdia del Territori
- Introducció a la Gestió Ambiental Empresarial
- El reciclatge de Residus d´origen domèstic
- Bones pràctiques ambientals a casa.
- Combatre el canvi climàtic des de Casa

Yo me he apuntado al de custodia del territorio! Por ahora sólo somos dos personas, así que estaría bien si alguien se animara =) Aprovecharé la ocasión para explicaros qué es eso de la custodia del territorio (que yo aprendí en la Jornada de árboles monumentales que hicieron en enero en el MUVIM).

La
custodia del territorio es un concepto basado en la necesidad de la participación conjunta (corresponsabilidad) de los propietarios y usuarios de los espacios naturales para que sea posible su conservación. Así, esta relación entre propietarios y resto de ciudadanos (que no siempre es buena) es mediada por una serie de entidades que, sin ánimo de lucro, luchan para conseguir con la implicación de todos (y especialmente con el trabajo activo de los ciudadanos, normalmente mediante voluntariados) la mejora del territorio. Para que lo visualicéis un poco más, algunos ejemplos de entidades de custodia del territorio serían organizaciones como Acció ecologista-Agró o SEO/Birdlife, pero también podrían serlo una comunidad de regantes, un Ayuntamiento o un Museo. Para quién quiera/necesite más información, recomiendo entrar en la web de la red valenciana de entidades de custodia del territorio AVINENÇA y echar un vistazo.

diumenge, 11 de març del 2012

¿Somos realmente libres?

El hombre que dijo “prefiero ser afortunado que bueno” tenía una profunda perspectiva de la vida. La gente teme reconocer la parte tan grande de la vida que depende de la suerte. Da miedo pensar que sea tanto sobre lo que no tenemos control.” Match Point, de Woody Allen.


La pregunta es, ¿tenemos control sobre algo? ¿Hasta qué punto somos libres? Hace tiempo ya que quiero tratar este tema en el blog, concretamente desde que asistí al debate titulado como “Som esclaus dels nostres gens?” en el bar de ciencias del OCCC, donde el genetista David Bueno y la etóloga Ester Desfilis trataron esta cuestión respondiendo a las múltiples preguntas que fueron surgiendo entre el público. Así pues, mi respuesta a estas preguntas estará influida tanto por las conclusiones que pude extraer de este debate como del haber cursado el cuatrimestre pasado la asignatura de Neurobiología Funcional.

Empezaré con una pregunta sencilla; ¿quién eres?, ¿qué eres? Si yo tuviera que responder a esta pregunta, diría que yo soy mi cerebro. Pensad, si no, qué pasaría si existieran los trasplantes de cerebro. El cerebro eres ; es él el que está, en estos momentos, integrando la información sensorial que estas recibiendo ahora mismo, el que está controlando el movimiento de tus ojos a través de estas líneas, el que está transformando las combinaciones de símbolos que ves en conceptos con significado y el que está sintiendo emociones que, espero, se acerquen ahora mismo a la curiosidad y no al aburrimiento. El cerebro es, por tanto, un órgano extremadamente complejo que se convierte en único responsable de todas tus acciones, que está formado por conexiones neuronales que van siendo modificadas constantemente. Si llevo esto último hasta el extremo, me emociona pensar que yo no seré la misma después de escribir esto, ni tú serás el mismo después de leerlo.

Entonces, ¿hasta qué punto somos libres? En un experimento sencillo, se registró la actividad cerebral de distintas personas a las que se les pedía que eligieran algo (sintiéndolo mucho, no recuerdo el qué y en el debate tampoco se dieron referencias del experimento). Observando los patrones de actividad, podía saberse qué elegiría cada persona antes de que ésta fuera consciente de su propia elección y, no sólo esto, sino que estimulando determinadas zonas podía hacerse que la persona “eligiera” lo que el investigador quería. La persona creería, en este caso, que ha sido libre en su elección. Parece importante, de hecho, creernos libres a la hora de tomar decisiones; podría ser más sencillo no hacernos conscientes de dicha elección, puesto que en nada cambiaría (nos hacemos conscientes una vez la hemos elegido). Ser conscientes nos permite, sin embargo, aprender de las experiencias, poder condicionar distintos estímulos a determinadas respuestas que han tenido consecuencias positivas. De hecho, podría decirse que ni si quiera elegimos de quién enamorarnos; el estado de enamoramiento se relaciona con una menor actividad en el córtex prefrontal, región relacionada, entre otras cosas, con la inhibición social y la capacidad de predecir las consecuencias futuras de determinadas actividades (es decir, relacionada con la racionalidad). Así pues, quizá tu pareja ideal no será exactamente como tú esperas que sea sino que tendrá la suerte de haberte encontrado en un momento de debilidad de tu córtex prefrontal.

divendres, 24 de febrer del 2012

Selección natural: historia y fortuna

La teoría de la selección natural es una transferencia creativa a la biología de la argumentación básica de Adam Smith en favor de una economía racional: el equilibrio y el orden de la naturaleza no surgen de un control más elevado y exterior (divino), o de la existencia de leyes que operen directamente sobre la totalidad, sino de la lucha entre los individuos por su propio beneficio (en términos modernos, por la transmisión de sus genes a las generaciones futuras a través del éxito diferencial en la reproducción).
Mucha gente se siente desasosegada al escuchar semejante planteamiento. ¿Acaso no compromete la integridad de la ciencia el que algunas de sus conclusiones fundamentales se originen, por analogía, de la política y la cultura contemporáneas en lugar de a partir de los datos de la propia disciplina? En una famosa carta a Engels, Karl Marx identificaba las similitudes entre la selección natural y la situación social en Inglaterra:

“Resulta notable ver cómo Darwin reconoce entre las bestias y las plantas a su sociedad inglesa, con su división del trabajo, su competencia, su apertura de nuevos mercados, sus ‘invenciones’ y la ‘lucha por la supervivencia’ malthusiana. Es el bellum omnium contra omnes (‘la guerra de todos contra todos’) de Hobbes.”

Y, no obstante, Marx era un admirador de Darwin; y en esta aparente paradoja se encuentra la respuesta. Por motivos que comprenden todos los temas que he subrayado aquí (que el inductismo es inadecuado, que la creatividad exige amplitud, que la analogía es una profunda fuente de percepciones), los grandes pensadores no pueden divorciarse de su medio (y origen) social. Pero el origen de una idea es una cosa; su verdad o su fecundidad, otra. La psicología y la utilidad de los descubrimientos son temas extremadamente diferentes. Darwin puede haber sacado la idea de la selección natural de la economía, pero aun así, puede ser correcta. Como escribió el socialista alemán Karl Kautsky en 1902: “El hecho de que una idea emane de una clase en particular, o esté de acuerdo con sus intereses, no prueba, por supuesto, nada acerca de su verdad o falsedad”. En este caso resulta irónico que el sistema del laissez-faire de Adam Smith no funcione en su propio terreno de la economía, ya que lleva al oligopolio y la revolución y no al orden y la armonía. No obstante, la lucha entre los individuos parece ser ley de la naturaleza.
Mucha gente utiliza tales argumentos acerca del contexto social para adscribir las grandes percepciones fundamentalmente al indefinible fenómeno de la buena suerte. Así, Darwin tuvo la suerte de nacer rico, tuvo la suerte de viajar a bordo del Beagle, tuvo la suerte de vivir rodeado de las ideas de su época, tuvo la suerte de tropezar con el pastor protestante Malthus; fue esencialmente poco más que
un hombre en el lugar preciso en el momento preciso. Y, no obstante, cuando leemos la historia de su lucha por comprender, y de la amplitud de sus preocupaciones y sus estudios, y de la orientación de su búsqueda de un mecanismo para la evolución, comprendemos por qué Pasteur pronunció su famosa frase de que la fortuna favorece a la mente preparada.
Fragmento de El camino de en medio de Darwin, en El Pulgar del Panda, de Stephen Jay Gould.

dimarts, 14 de febrer del 2012

Genética sin genes

El passat 12 de febrer (fa exactament dos dies) es va celebrar el dia de Darwin 2012. Amb aquesta excusa, la setmana passada s’organitzà una xerrada a l’Octubre Centre de Cultura Contemporània (OCCC) amb la temàtica de “som esclaus dels nostres gens?”, a més d’una conferència a la Sala Darwin del Campus de Burjassot-Paterna amb el títol de “RNA, autocatàlisi i origen de la vida”, a mans del genetista de la UAB Mauro Santos. En aquesta entrada tractaré de resumir les idees bàsiques que em va aportar la conferència (deixarem el debat sobre si som o no esclaus dels nostres gens per a un altre dia :·) ).

En primer lloc, he de confessar-vos que no sóc una amant de la genètica evolutiva i que, per tant, el tema de la conferència era totalment nou per a mi. El concepte de vida ja és prou difícil de definir, així que us podeu imaginar la complexitat d’esbrinar els seus orígens. Dawkins va atribuir aquest origen a l’aparició arbitrària d’una molècula capaç de replicar-se (replicador), però no aclareix d’on trauria aquesta molècula l’energia necessària per a fer-ho. Així doncs, Kauffman planteja un metabolisme autocatalític que seria capaç de mantenir-se, reproduir-se i evolucionar sense la presència d’un genoma. Estaríem parlant, aleshores, d’una evolució sense gens o, com Mauro Santos va dir, d’una “genètica sense gens”. Increïble, eh?

S’han proposat dos models que tracten d’explicar aquesta idea de Kauffman. En primer lloc, el model de membrana es basa en l’agregació de lípids per formar vesícules , la composició de les quals depèn de la composició dels lípids originals. Les noves vesícules que es formen a partir de les anteriors es pareixen més a les progenitores que a la resta, per la qual cosa podríem parlar d’herència. Tot i així, la quantitat de variació és massa com per a parlar de que aquestes vesícules tinguen la capacitat d’evolucionar; la selecció natural es basa en que és més freqüent que es produïsca una mutació que dos, dos que tres..., i aquest model no segueix aquesta estructura. No obstant, Kauffman va desenvolupar un altre model (model de Kauffman) a partir del qual es podria donar una explicació a l’evolució sense gens. En aquest model tindríem molècules amb capacitat d’autocatalitzar la seua lligació o disgregació, tenint la capacitat d’augmentar així en complexitat. Per a que aquest sistema puga evolucionar, ha de poder arribar a més d’un estat i de transitar entre ells. Podem pensar que aquells cors autocatalítics amb una major capacitat d’agregació i que arriben a un estat de complexitat major podrien competir amb aquells que ho fan amb una taxa menor; tindríem, així, un model en què molècules autocatalítiques podrien evolucionar sense la necessitat de gens. En l’actualitat, el CERN està dedicant part dels seus esforços a introduir la química realista en aquest model i verificar si, a nivell pràctic, es compleix.

Estaríem, doncs, davant d’un model que permetria explicar de manera més plausible el món inicial de RNA on molts autors estan d’acord que començaria la vida. Una de les crítiques més establertes a aquest hipotètic món de RNA es basa en que la replicació d’aquest és prou imperfecta i, per tant, les errades haurien de ser compensades amb un major tamany de la molècula o amb un aparell de replicació més sofisticat (la qual cosa també implicaria un tamany major). Però aquesta paradoxa, coneguda com paradoxa d’Eigen, no suposa una limitació tan gran a la hipòtesi del món de RNA com es va suposar al principi. Hem de tindre en consideració que moltes seqüències distintes adopten una mateixa estructura secundària i que la mutació d’alguns nucleòtids no essencials no tindria cap efecte sobre l’estructura, podent suportar així una quantitat major de de mutacions i no fent necessari un tamany tan gran de les molècules.

dilluns, 6 de febrer del 2012

El meu cant a la ciència

Parafrasejant a Estellés, pense que ha arribat l’hora del meu cant a la ciència. Crec que és totalment necessari, sent que he d’expressar la meua opinió públicament i sumar-la a la de totes aquelles persones, molt nombroses, que també han volgut aportar la seua i que tant han contribuït a que puga formar-me unes idees pròpies.

Estic anant amb molta cura; no vull que cap paraula contribuïsca a ferir encara més a la pobra i ja suficientment maltractada ciència. Quan dic que ja està suficientment maltractada no m’estic referint als retalls en investigació, a la desaparició del Ministeri de Ciència, al primer ERE d’Europa a un centre d’investigació com és el CIPF o al tancament del Museu Valencià d’Història Natural. Vaig més enllà i parle d’un maltracte social, profund, passional. No puc evitar sentir-me acollonida al llegir opinions recolçant aquestes mesures esmentades que deixen a la ciència sense quasi llibertat, tractant-la com a un element dolent, com allò que ens fa ficar-nos malalts en comptes de guarir-nos, que és responsable de la fam arreu del món i, en definitiva, la causa del mal i no la solució. I en açò, segons la meua opinió, els científics som molt responsables.

En primer lloc, pense que la ciència no pot considerar-se bona ni dolenta, sinó que són les aplicacions que es fan dels seus coneixements les que poden ser jutjades. Es pot donar el cas (i, de fet, s’ha donat al llarg de la història) en què aquestes aplicacions han tingut repercussions negatives, però s’ha de negar per açò el coneixement? L’ésser humà és curiós, es planteja preguntes i necessita trobar respostes sobre el món en què viu. El mètode científic no va ser més que una forma de normalitzar aquesta adquisició de respostes, plantejant hipòtesis que MAI poden ser corroborades sinó que només poden ser rebutjades. Quan una hipòtesi no és rebutjada no vol dir que siga certa; podem tractar-la com a tal de manera convencional i temporal, sempre amb la possibilitat de trobar una evidència que la rebutge i tire per terra les teories amb les quals ens basàvem per explicar el món.

Per aquest mateix motiu, vull criticar una mica el radicalisme que porte temps llegint en blogs científics, ja que em sembla que és totalment contrari a la filosofia que qualsevol ciència hauria de seguir. En una classe de quart de biologia vaig sentir que “els científics reben les noves idees d’igual forma que el sistema inmune rep partícules alienes al cos, rebutjant-les”, en el sentit que qualsevol idea nova es rep amb desconfiança i ha de ser revisada per a poder ser assolida com a un coneixement nou. Personalment no m’agrada aquesta actitud; crec que les idees haurien de ser rebudes simplement amb escepticisme, que l’avanç de la ciència s’assoleix quan res es considera com a cert i apareixen noves preguntes a les quals es donen noves respostes que, siguen certes o no, tenen l’objectiu comú d’intentar entendre el món.

dimarts, 10 de gener del 2012

Cursos gratis: Universidad de Stanford

Hoy no vengo a contaros ningún rollo de plantas, ni de ecología, ni de conservación. Vengo a dejaros un enlace (aquí) a una serie de cursos on-line gratuitos que ofrece la Universidad de Stanford. No hay ninguno que sea propiamente biológico (bueno, hay uno de anatomía...), pero un poco de formación complementaria no viene nunca mal, no? =) (Si alguien quiere ser "compi" mío, yo me he apuntado al de "Model Thinking" y estoy pensándome el de "Game Theory" xD)