dissabte, 12 de novembre del 2011

Ciencia, Paz y Desarrollo

Ayer fue 10 de noviembre (bueno, en realidad antes de ayer xD). Pues bien, resulta que está declarado por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) como el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo. Para este año, el lema era: “Rumbo a sociedades ecológicas: equidad, inclusión, participación”.

En palabras de Irina Bokova (Directora General de la UNESCO), en “un mundo que está cambiando con rapidez”, en el que “las catástrofes naturales nos recuerdan que nuestras comunidades son vulnerables” al cambio climático y donde “la diversidad biológica desaparece a un ritmo inédito en la historia geológica, debido principalmente a la actividad humana” es necesario alcanzar un desarrollo sostenible. Para ello, para conseguir sociedades ecológicas, “deben ser sociedades del conocimiento, que utilicen la ciencia para discernir los nuevos problemas y afrontarlos de manera innovadora”, para lo que “es preciso movilizar y dar carácter integrador a la ciencia”, estableciendo redes internacionales y reforzando “los marcos nacionales de políticas de ciencia, tecnología e innovación”. Estas sociedades ecológicas “deben ser inclusivas”, prestando “oídos a todas las voces” y bebiendo “en todas las fuentes de experiencia, incluso el saber local e indígena”.

Porque sólo a través de la ciencia y a través de la unión de conocimientos de los distintos pueblos, puede lograrse una buena gestión y, por tanto, la conservación de los recursos naturales. Se debe alcanzar, además, al mismo tiempo que se favorezca el desarrollo de los países más desfavorecidos mediante la promoción de su gente y sus medios. Deben ser ellos mismos (mediante un papel activo en su propia gestión) quienes hagan de la ciencia, su desarrollo.

A modo de cómo la ciencia puede ayudar a la paz y al desarrollo, quería comentar el nuevo proyecto en el que, durante 4 años, va a trabajar Carmen Rojo del ICBiBE (profe y medio-jefa mía xD). Se trata de un proyecto de cooperación financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y en el que colaborarán la Universidad de Valencia, la Universidad de León (Nicaragua), la Universidad de Costa Rica y el Instituto Clodomiro Picado (Costa Rica). Su objetivo es la creación de un laboratorio especializado en limnología (poco estudiada en estos dos países), desde donde se puedan formar científicos que sean capaces de estudiar la biodiversidad de la zona, así como el efecto del cambio global sobre ella.

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